“Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:39). La agonía de Nuestro Señor en el huerto fue un acontecimiento singular. No hay nada en la experiencia humana que se acerque ni remotamente. Bordea la blasfemia hablar del Calvario o el Getsemaní de alguien. La “hora” de la pasión de Cristo es el mediodía del día de la Historia humana. Ahora vivimos el atardecer. Tal como lo expresa Schilder hábilmente: “El reloj
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